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Personajes de ciencia
La
carrera
científica
de
Faraday
despegó,
de
forma
meteórica,
en
1820.
Ese
año
obtuvo
por
primera
vez
compuestos
de
carbono
y
cloro,
elemento
identificado
por
Davy
en
1810.
En
los
años
siguientes
fue
capaz
de
licuar
el
cloro
y
otros
gases
ligeros,
como
el
amoníaco
y
el
dióxido
de
carbono,
y
descubrió
el benceno.
En
1821
se
casó
con
Sarah
Barnard,
perteneciente
a
la
iglesia
Sandemanian
-
una
secta
protestante
-,
al
igual
que
él.
El
matrimonio
no
tuvo
hijos,
y
Faraday,
hombre
de
profundas
convicciones
religiosas,
siempre
mantuvo
una
vinculación
muy
activa con la congregación.
A
partir
de
ese
año,
se
dedicó
al
estudio
de
la
electricidad
y
el
magnetismo,
campos
en
los
que
realizó
sus
más
importantes
descubrimientos,
siendo
un
precursor
del
electromagnetismo.
Así,
desarrolló
el
primer
motor
eléctrico
y
la
primera
dinamo,
basados
en
la
inducción
electromagnética.
También
construyó
un
primer
transformador
y
el
dispositivo
conocido
como
jaula
de
Faraday,
que
aísla
el
interior
de
un
recinto
de
las
corrientes
eléctricas.
A
raíz
de
sus
descubrimientos,
propuso
la
existencia
de
los
campos
eléctrico
y
magnético
y
el
importante
concepto
de
las
líneas
de
fuerza.
En
el
campo
de
la
electroquímica,
descubrió
las
dos
leyes
que
llevan
su
nombre,
haciendo
pasar
corriente
eléctrica
a
través
de
disoluciones
de
distintas
sustancias.
Los
orígenes
humildes
de
Faraday
no
le
impidieron,
gracias
a
su
tesón
e
inteligencia,
ocupar
un
lugar
de
honor
en
la
historia
de
la
ciencia.
Sus
contemporáneos
también
tuvieron
que
aceptar
-
en
una
sociedad
tan
clasista
como
la
victoriana
-
la
brillantez
de
este
científico,
que
murió
en
Richmond
en
1867,
fiel
a
sus
principios y a su devoción por la ciencia.
Michael Faraday.
La humildad hecha ciencia.
El
que
habría
de
ser
uno
de
los
grandes
físicos
y
químicos
británicos
nació
en
las
cercanías
de
Londres
en
1791,
en
el
seno
de
una
familia
pobre.
Su
padre
era
herrero,
y
las
dificultades
económicas
impidieron
que
Michael
-
tercero
de
cuatro
hermanos
-
recibiera
una
formación
académica;
tan
solo
aprendió
a
leer
y
escribir
en
una
escuela
religiosa.
Sin
embargo,
las
puertas
del
conocimiento
se
abrieron
para
él
cuando,
con
14
años,
comenzó
a
trabajar
en
un
taller
de
encuadernación, donde leía con avidez los libros que caían en sus manos.
De
todas
las
materias
sobre
las
que
leía,
le
interesaron
especialmente
la
Física
y
la
Química,
disciplinas
en
las
que
iba
adquiriendo
una
formación
autodidacta.
Este
interés
le
llevó
a
asistir
a
las
lecciones
de
Sir
Humphry
Davy,
un
reputado
químico
de
la
época,
al
que
se
dirigió
para
pedirle
trabajo.
Este
quedó
sorprendido
por
las
notas
que
Faraday
había
tomado,
completadas
con
excelentes dibujos, y lo nombró su asistente en 1812.