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Reconocer un huevo duro sin romperlo
Seguro
que
te
ha
pasado
alguna
vez
que
has
dejado
en
la
nevera
un
huevo
duro
y,
cuando
vas
a
utilizarlo
no
recuerdas
en
qué
lugar
lo
dejaste
y
no
eres
capaz
de
distinguirlo
de
los
huevos
frescos
restantes.
Pues
bien,
identificarlo
sin
romperlo
será
bien
fácil.
Tan
solo
tienes
que
hacer
girar
el
huevo
sobre
una
superficie
horizontal
lisa,
como
puede
ser
la
de
una
mesa.
Para
realizar
esta
experiencia
utiliza
dos
huevos,
uno
fresco
y
otro
ya
esté
cocido,
e
identifícalos.
Coloca
el
huevo
fresco
sobre
la
mesa,
trata
de
hacerlo
girar
como
si
de
una
peonza
se
tratase,
y
observa
lo
que
ocurre.
Prueba
a
hacerlo
dos
o
tres
veces,
y
cambia
ahora al huevo cocido. Al hacerlo girar sobre la mesa, ¿qué diferencia observas?
Como
has
podido
comprobar,
el
huevo
cocido
gira
más
rápidamente
pero,
¿por
qué
ocurre
esto?
En
el
caso
de
un
huevo
cocido,
el
interior
del
mismo
es
sólido
y,
por
tanto,
al
hacerlo
girar,
no
hay
desplazamiento
de
materia
en
su
interior.
Teniendo
en
cuenta
esto,
al
girar
el
huevo
el
centro
de
gravedad
se
encuentra
alienado
con
el
eje
de
rotación
y
el
punto
de
apoyo,
lo
cual
permite
mantener
la
velocidad
de
giro.
En
cambio,
mientras
el
huevo
crudo
gira,
los
desplazamientos
de
su
fluido
interno
hacen
que
el
centro
de
gravedad
se
desplace
respecto
al
eje
de
giro,
provocando
los
cambios
en la velocidad de giro que acaban frenándolo en poco tiempo.