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Protégete del Sol
Cuando
se
acerca
el
verano,
llegan
las
recomendaciones
sobre
la
necesidad
de
adoptar
precauciones
al
tomar
el
sol
en
playas
o
piscinas.
Pero,
¿a
qué
nos
referimos
exactamente
cuando
hablamos
de
los
efectos del Sol?
El
Sol
es
una
estrella,
lo
que
significa
que
se
trata
de
una
poderosa
fuente
de
luz
y
calor
o,
más
exactamente,
de
radiaciones
electromagnéticas.
Las
radiaciones
electromagnéticas
son
de
diversos
tipos,
según
su
longitud
de
onda
o
su
frecuencia,
magnitudes
que
los
físicos
utilizan
para
caracterizarlas.
Así,
de
mayor
a
menor
frecuencia,
tenemos
lo
que
se
llama
el
espectro
electromagnético:
rayos
cósmicos
y
rayos
gamma
(muy
peligrosos),
rayos
X
(como
los
que
se
usan
en
medicina),
rayos
ultravioleta
(algo
menos
peligrosos
pero
no
dejan
de
serlo),
radiación
visible
(la
luz
que
vemos
en
todos
sus
colores),
rayos
infrarrojos
(que
no
se
ven
pero
transmiten
calor),
microondas
(como
las
de
la
cocina)
y
ondas
de
radio.
Una
vez
superada
la
barrera
atmosférica,
nuestra
defensa
ante
los
rayos
ultravioleta
es
la
ropa
que
nos
cubre
y
la
piel.
Esta
última,
para
protegernos,
produce
una
sustancia
de
color
oscuro,
la
melanina,
que
absorbe
los
rayos
ultravioleta,
y
es
la
responsable
de
que
nos
pongamos
morenos
en
verano,
dado
que
al
ser
mayor
la
incidencia
del
Sol,
es
producida
en
mayor
cantidad
por
nuestro
organismo.
Pero,
¿qué
ocurre
en
esta
época
del
año
con
las
radiaciones?
Por
un
lado,
los
rayos
solares
inciden
más
perpendicularmente
a
la
superficie
terrestre,
aumentando
así
sus
efectos.
Por
otro,
al
estar
en
bañador
o
con
ropa
ligera,
nuestra
superficie
corporal
expuesta
es
mayor,
por
lo
que
se
hace
necesario
proporcionar a nuestra piel una defensa adicional ante la agresión solar: las cremas protectoras.
Las
cremas
de
protección
solar
están
compuestas
por
sustancias
químicas
de
naturaleza
diversa
(alquenos
y
alquinos
con
dobles
enlaces
conjugados,
compuestos
aromáticos
derivados
del
benceno,
etc.),
que
absorben
muy
bien
la
radiación
ultravioleta.
Según
los
compuestos
presentes
y
su
concentración,
tenemos
toda
la
gama
de
factores
de
protección:
desde
factor
2
(prácticamente
nada)
hasta
factor
30
o
superior
(efecto
pantalla
total).
El
uso
de
cremas
protectoras
es
obligado,
si
queremos
preservar
nuestra
piel
de
daños
a
largo
plazo,
como
la
aparición
de
manchas
o
el
cáncer
de
piel
(el
conocido
melanoma).
Disfruta
del
verano,
pero
protege
a
la
vez
tu
salud.
Se
trata
de
una
excelente
inversión.
El
Sol
emite
todo
este
tipo
de
radiaciones
y,
dado
que
las
ondas
electromagnéticas
se
propagan
en
el
vacío,
nuestro
planeta
recibe
un
0,0018
%
de
la
radiación
total
emitida
por
la
estrella.
Por
suerte
para
nosotros,
los
muy
dañinos
rayos
cósmicos,
gamma
y
X
son
reflejados
por
las
capas
altas
de
la
atmósfera
(la
ionosfera
y
la
exosfera),
y
gran
parte
de
la
radiación
ultravioleta,
también
perjudicial,
es
absorbida
por
el
ozono
atmosférico.
En
resumen,
la
radiación
solar
que
alcanza
la
superficie
de
la
Tierra
se
compone
en
un
9
%
de
rayos
ultravioleta,
un
45
% de luz visible y un 46 % de rayos infrarrojos.