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Vidas anecdóticas
A
lo
largo
de
la
Historia,
científicos
de
todo
el
mundo
nos
han
dejado,
además
de
sus
importantes
aportaciones
intelectuales,
curiosidades
y
anécdotas
sobre
su
vida
personal
que
no
son
menos
interesantes.
De
este
modo,
nos
sorprende
saber
que
el
químico
británico
del
siglo
XIX
John
Dalton,
iniciador
de
la
teoría
atómica,
fue
autodidacta
en
su
niñez,
y
a
los
12
años
de
edad
ya
enseñaba
como
Profesor
en
una
escuela
elemental
cuáquera,
o
que
el
estadounidense
Benjamín
Franklin
sólo
estudió
hasta
los
10
años,
y
a
los
12
se
colocó
como
impresor
junto
a
su
hermano,
llegando
a
fundar
el
periódico
"La
Gaceta
de
Pensilvania";
su
pasión
por
la
electricidad
le
hizo
profundizar
e
investigar
sobre
este
campo,
dando
lugar
a
gran
cantidad
de
interesantes
aportaciones.
Como
anécdota,
decir
que
Franklin
fue
quien
popularizó
la célebre frase "time is money", que quiere decir, como bien sabéis, el tiempo es oro.
Pero
quizás
la
más
sorprendente
de
éstas
sea
la
vida
de
J.K.F.
Gauss,
uno
de
los
más
grandes
matemáticos
de
la
Historia
de
la
Ciencia.
Se
cuenta
que
ya
empezó
a
destacar
a
los
3
años
de
edad,
cuando
aún
nadie
le
había
enseñado
a
leer,
un
día
que
corrigió
un
error
de
contabilidad
en
los
cálculos
que
su
padre
estaba
realizando
para
la
empresa
en
la
que
trabajaba.
A
los
10
años
de
edad
sorprende
a
su
maestro
al
realizar
inmediatamente
un
ejercicio
consistente
en
sumar
100
números
consecutivos,
utilizando
un
método
inusual
para
un
niño
de
su
edad.
Gauss
era
una
persona
muy
activa
intelectualmente,
y
tenía
varios
lemas,
uno
de
los
cuales
era "que no quede nada por hacer".
Como
éstas,
es
posible
narrar
muchas
más
historias
de
personas
que
lograron
encontrar
en
el
estudio
su
vocación,
teniendo
a
veces
que
superar
dificultades
y
obstáculos,
o
simplemente
recreándose
en
el
conocimiento
y
la
formación
intelectual.
Sigue
su
ejemplo,
y
recuerda
que,
como
nos
enseñaron,
el
tiempo
es
oro
y
no
debe
quedar
nada
por
hacer.
Tal
vez
no
llegues
a
ser
un
gran
científico,
pero
tendrás
la
satisfacción
de
haber
aprendido
cosas
que
te
ayudarán
a comprender el entorno que te rodea.
Pero
no
menos
interesante
que
las
anteriores
es
la
vida
del
químico
Dimitri
Ivanov
Mendeleiev,
que
nos
deja
una
curiosa
historia
de
superación.
Nacido
en
Siberia
en
1834,
era
el
menor
de
17
hermanos
y,
al
quedar
su
padre
ciego
y
perder
su
madre
el
negocio
familiar
en
un
incendio,
tuvo
que
emigrar
a
Rusia,
donde
fue
rechazado
en
las
universidades
de
Moscú
y
de
San
Petesburgo,
simplemente
por
ser
nativo
de
Siberia.
Finalmente,
con
su
tesón
y
su
esfuerzo,
pudo
ingresar
en
el
Instituto
Politécnico
de
San
Petesburgo,
donde
llegó
a
ser
Profesor,
legando
para
la
Ciencia
las
bases
de la actual tabla periódica de los elementos.
Dimitri Mendeleiev