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Historias de números
Convivimos
con
ellos
desde
nuestra
más
tierna
infancia.
Son
infinitos,
los
clasificamos
en
conjuntos
y
los
ordenamos,
representamos
y
operamos
con
ellos
casi
todos
los
días.
Sin
embargo,
hasta
los
números
más simples tienen sus historias. Ahí van unas cuantas.
que
utiliza
letras
(I,
V,
X,
etc)
para
designar
ciertas
cantidades.
Se
trata
de
un
sistema
aditivo,
en
el
que los números se consignan agrupando letras que, a su vez, designan cantidades más pequeñas.
Este
sistema
de
numeración
es
inadecuado
para
realizar
operaciones,
como
puede
comprobarse
planteando
una
simple
cuenta
de
sumar
en
números
romanos.
Sin
embargo,
en
la
India
utilizaban
un
sistema
de
numeración
revolucionario
ya
desde
el
siglo
XV
a.C.
Se
basaba
en
diez
cifras
(del
0
al
9),
con
las
que
se
componían
las
cantidades
usando
una
notación
posicional:
cada
cifra
tenía
un
valor
que
dependía
de
su
posición
dentro
del
número.
Simple
y
a
la
vez
eficaz;
gracias
a
este
sistema,
los
indios
desarrollaron
enormemente
el
cálculo,
mientras
en
Europa
éste
era
de
lo
más
rudimentario.
Esta
extraordinaria
numeración
nos
llegó
procedente
de
la
India
a
través
de
los
matemáticos
árabes,
durante
la
dominación
de
Al-Andalus,
y
desplazó
totalmente
a
la
numeración
romana,
por
suerte
para
la historia de las Matemáticas.
Por
cierto,
bastante
antes
de
que
se
hubieran
organizado
los
conjuntos
numéricos
que
hoy
manejamos,
sí
que
se
conocían
los
diferentes
tipos
de
números
como
tales.
Por
ejemplo,
los
números
negativos,
que
no
fueron
introducidos
oficialmente
hasta
el
siglo
XVIII
en
las
matemáticas
occidentales,
eran
conocidos
en
China
antes
de
nuestra
era.
Los
utilizaban
para
simbolizar
lo
que
se
debe,
y
los
incorporaban
en
los
ábacos
con
los
que
calculaban
como
bolas
negras,
para
distinguirlas
de
las rojas, reservadas para los números naturales.
También
eran
viejas
conocidas
las
fracciones.
Surgían
de
forma
espontánea
cuando
se
consideraban
partes
de
la
unidad
al
dividir,
repartir,
y
en
multitud
de
situaciones
cotidianas.
Los
babilonios
las
manejaron
con
soltura
y
los
egipcios
también.
Estos
últimos
poseían
símbolos
jeroglíficos
para
las
fracciones de numerador 1 y escribían las otras como suma de estas.
Remontándonos
al
principio
de
los
tiempos,
seguro
que
el
primer
problema
matemático
fue
precisamente
contar.
Y
cada
civilización
lo
solucionó
a
su
manera.
En
la
mayoría
de
los
casos,
se
usó
un
sistema
de
numeración
de
base
10
–
ya
que
son
diez
los
dedos
de
las
manos
–,
pero
hubo
notables
excepciones.
Los
babilonios,
en
el
segundo
milenio
a.C.,
usaron
un
sistema
sexagesimal
(de
base
60,
como
el
que
empleamos
para
los
ángulos
y
el
tiempo),
y
los
mayas,
que
habitaron
en
el
actual
México
antes
de
la
llegada
de
Cristóbal
Colón,
tenían
un
avanzado
sistema
de
numeración
en
base
20,
es
decir,
con
veinte cifras distintas, incluyendo el cero.
Y
ya
que
hablamos
del
cero,
es
interesante
saber
que
no
se
incorporó
a
la
numeración
occidental
hasta
el
siglo
VIII.
En
la
Europa
medieval
se
seguía
usando
el
arcaico
sistema
romano,