Sus
fundamentos
están
sólidamente
asentados
y
sustentan
una
pujante
industria.
No
obstante,
el
campo
de
investigación
de
la
Química
se
encuentra,
en
pleno
siglo
XXI,
más
activo
que
nunca
ante
los
desafíos
que
el
desarrollo
tecnológico y social le imponen.
En
el
ámbito
de
la
Química,
podríamos
destacar
dos
retos
importantes
en
el
nuevo
milenio.
El
primero
tiene
que
ver
con
un
objetivo
clásico
de
la
ciencia
química:
el
desarrollo
de
nuevos
y
mejores
materiales
sintéticos.
En
este
caso,
se
buscan
materiales
inteligentes,
capaces
de
responder
a
los
estímulos,
y
a
la
vez
versátiles,
adaptables
a
cada
necesidad.
La
clave
está
en
la
nanotecnología
y
en
el
carbono;
las
microestructuras
basadas
en
este
elemento
son
la
base
de
estos
revolucionarios
La Química del siglo XXI
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materiales,
que
invadirán
nuestra
vida
cotidiana
en
próximos años.
El
segundo
reto
se
engloba
bajo
el
concepto
de
"química
verde".
La
necesidad
nace
de
la
creciente
conciencia
ecológica
mundial,
y
busca
procesos
químicos
limpios
y
una
industria
química
no
contaminante.
La
idea
es
bastante
simple:
se
trata
de
no
producir
desechos
o
minimizar
en
lo
posible
su
producción,
a
la
vez
que
se
sustituyen
sustancias
tóxicas
y
peligrosas,
tales
como
ácidos
minerales,
disolventes
o
metales
pesados, por otras inofensivas.
La
magnitud
de
la
empresa
hace
que
hablemos
práctica-
mente
de
una
utopía
en
el
momento
actual,
pues
habría
que
revisar
todos
y
cada
uno
de
los
procesos
industriales.
No
obstante,
el
objetivo
constituye
en
sí
mismo
un
reto
apasionante,
y
hacia
él
se
encaminarán
los
esfuerzos
humanos
y
económicos
en
los
años
venideros.
Sumando
estos
esfuerzos,
tal
vez
la
Química
llegue
a
ser
completamente
verde en el futuro.
Febrero 2011
