La cantidad y variedad de compuestos orgánicos son amplísimas, y no es exagerado afirmar que la mayoría de sustancias que encontramos a nuestro alrededor tienen que ver con este tipo de compuestos. Basta considerar ejemplos como el alcohol que utilizamos para desinfectar nuestras heridas, el aceite con el que cocinamos los alimentos o los medicamentos que tomamos cuando estamos enfermos, para darnos cuenta. Observa a continuación estos y otros ejemplos: