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Las reacciones químicas
La
transformación
de
los
alimentos
que
ingerimos
en
nutrientes
asimilables
por
el
organismo
es
un
conjunto
de
procesos
químicos
de
vital
importancia
para
los
seres
vivos heterótrofos.
La digestión
•
Las
responsables
de
la
digestión
son
unas
complejas
moléculas
llamadas
enzimas.
Las
enzimas
son
proteínas
sintetizadas
por
el
organismo,
cuya
misión
es
dirigir
y
acelerar
las
reacciones
químicas
que
deben
tener
lugar
en
cada momento. Sólo en la función digestiva intervienen 18 enzimas diferentes.
Así ocurre …
•
Cada
enzima
es
específica;
eso
significa
que
actúa
sobre
una
molécula
en
particular
y
la
transforma
de
una
manera
determinada.
Por
ejemplo,
en
la
saliva
se
encuentran
la
ptialina
y
la
maltasa
salival,
que
actúan
disgregando
el
almidón
y
la
maltosa,
mientras
que
la
pepsina,
presente
en
el
jugo
gástrico,
rompe
las
proteínas,
y
la
lipasa
pancreática
interviene
en
la
digestión
de
las
grasas.
Una simbiosis perfecta
El
intestino
grueso
o
colon
es
el
órgano
a
través
del
cual
se
expulsan
las
sustancias
no
digeribles
en
forma
de
heces.
Este
proceso
final
de
la
digestión
-e
importantísimo-
se
ve
facilitado
por
la
presencia
de
bacterias
que
constituyen
la
llamada
"flora
intestinal".
Dichas
bacterias
se
nutren
de
ciertas
sustancias
de
las
heces
y,
a
cambio,
producen
las
fermentaciones
necesarias
para
que
éstas
tengan
la
consistencia
adecuada.
La
flora
intestinal
es
vital
para
los
herbívoros,
que,
gracias
a
ella,
pueden
digerir
la
celulosa de las plantas.
•
En
cada
parte
del
tubo
digestivo
se
producen
distintos
procesos
químicos.
Las
enzimas
necesarias
forman
parte
de
los
jugos
secretados
por
los
órganos
que
lo componen.
El
jugo
gástrico
de
nuestro
estómago
contiene
ácido
clorhídrico
y
posee
una
acidez
equivalente
a
la
del
agua
fuerte,
líquido
muy
corrosivo
usado
como
limpiador
desinfectante.
Su
función
es
convertir
el
pepsinógeno
(inactivo)
en
pepsina,
una
enzima capaz de romper las proteínas.
¡Qué curioso!