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Las reacciones químicas
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Detrás de este artículo de uso cotidiano se esconde una reacción química, conocida desde el siglo XIX. Hoy día, las pilas se han convertido en objetos imprescindibles que proporciona la corriente que usan muchos de nuestros apartatos eléctricos.
Reacciones químicas en nuestro entorno
La pila química
Una pila salina es un pequeño depósito de cinc recubierto de plástico con una barrita de grafito en su centro y relleno de una pasta húmeda que contiene dióxiodo de manganeso, dicloruro de cinc y cloruro amónico.
Así ocurre …
El polo positivo de la pila o cátodo es la barra de grafito, sobre la cual se reduce (gana electrones) el manganeso, transformándose el dióxido de manganeso en trióxido de dimanganeso.
La electricidad portátil
Las pilas permiten el funcionamiento de gran cantidad de pequeños aparatos, como radios, relojes y calculadoras. A la primera pila comercial, ideada por Leclanché y Féry, le han seguido la pila alcalina -que contiene un hidróxido de un metal alcalino, en lugar de cloruro amónico- y las pilas de botón, que contienen mercurio, plata o litio, y son de larga duración. Las baterías o acumuladores, como las de los coches, son también pilas, pero tienen la característica de que pueden regenerarse una vez agotados los reactivos pasando una corriente eléctrica a través de ellas, para producir la reacción química inversa.
El polo negativo o ánodo es el recipiente de cinc, el cual se oxida (pierde electrones), transformándose en ion Zn 2+ , que se une al amoníaco procedente del cloruro amónico. Los electrones intercambiados en el proceso forman la corriente eléctrica producida por la pila.